El lago Lemán a sus pies y los Alpes de telón de fondo: este será el escenario de su estadía lingüística en la Suiza francófona. Pero que no le engañe el tranquilo paisaje; hacer un curso de francés en Montreux significa dejarse llevar por el ritmo del Festival de Jazz en julio y aprovechar la infinidad de oportunidades para hacer deporte en plena naturaleza.
 

Esquí, senderismo, ciclismo… ¡hay infinidad de opciones! En el plano cultural, Montreux tampoco se queda corta, ya que no le faltan galerías de arte ni museos. El magnífico “chemin fleuri”, que va por la orilla del lago hasta el castillo de Chillon, le entusiasmará por sus palmeras y sus flores de todos los colores… Aproveche el clima suave para descansar al salir de clases… ¡la escuela se encuentra a unos segundos del lago!